Nuevas Demandas Terapéuticas

"...Ahora se tiende a consultar, además de por los cuadros clínicos “tradicionales” (depresión, trastornos de ansiedad, esquizofrenia, adicciones, entre otros), por problemas “menores”, derivados de una exigencia de una mayor calidad de vida por parte de los pacientes. Estos problemas, que no constituyen propiamente trastornos mentales, reflejan una patología del sufrimiento o de la infelicidad, es decir, una situación de insatisfacción personal a la que hay que buscar algún tipo de respuesta asistencial al margen de los centros de salud mental. Entre ellos se encuentran el duelo por la pérdida de un ser querido, los conflictos de pareja o la ruptura de pareja no deseada, las dificultades de convivencia con los hijos adolescentes, los problemas de estrés laboral, el dolor crónico, la adaptación a nuevas situaciones en la vida o la convivencia con enfermos crónicos o incapacitados (Echeburúa, Corral y Amor, 2002).

En las clasificaciones psiquiátricas estos problemas adaptativos se denominan “códigos Z” y son un reflejo de la psicopatologización de las dificultades de la vida cotidiana, así como de los efectos de una sociedad competitiva, individualista, con carencia de redes de apoyo familiar y social y sin tiempo para los demás, que favorece la soledad y la incomunicación.

Estas nuevas demandas terapéuticas están relacionadas con una mayor exigencia de calidad de vida y con una mayor intolerancia al malestar emocional por parte de los pacientes, pero también con la medicalización de la vida cotidiana. De hecho, hay una tendencia malsana por asignar a todos los problemas un nombre clínico, unos síntomas y un tratamiento... 

...muchas de las consultas a los psicólogos sanitarios/clínicos hoy no se relacionan con trastornos mentales, sino con situaciones de infelicidad y malestar emocional. Se trata de personas que se sienten sobrepasadas en sus estrategias de afrontamiento para hacer frente a las dificultades cotidianas y que, muy frecuentemente, carecen de una red de apoyo familiar y social sólida (Salaberría, Corral, Sánchez y Larrea, 2008). Los psicólogos sanitarios tienen que adaptarse a esta nueva realidad, evitar la tendencia a establecer diagnósticos psiquiátricos y desarrollar unas estrategias de intervención, tales como técnicas de consejería (counselling) o de intervención en crisis...

...No todas las personas presentan trastornos, sino que en muchas ocasiones aparecen dificultades puntuales que, al no ser atendidas o serlo tardíamente o sólo con psicofármacos, se convierten en trastornos y se cronifican, llevando a los pacientes al fenómeno de la puerta giratoria (entrar y salir continuamente del sistema sanitario)..."

Echeburúa, E. (2012).