Un ejemplo respecto a este punto está ejemplificado en la
historia de vida de ML, una mujer emigrante, con una infancia muy difícil
durante la segunda guerra mundial, que había padecido la destrucción de su casa
durante los bombardeos y el terror de los nazis. Finalmente había echado raíces
en el nuevo país. Se había casado, formado una familia de tres hijos y graduado
en ciencias de la salud. De repente, la hija mayor desarrolla un cáncer
fulminante y deja una criatura de pocos meses. El marido, después de treinta
años de matrimonio, le pide el divorcio y la deja sola con la responsabilidad
del mantenimiento de los dos hijos que estaban estudiando. Bueno, por lo corto,
según ella relata en su historia de vida, lo que ella considera que la ayudó a
levantarse de la cama y a seguir con su trabajo y su vida, fue, entre otras
cosas, el leer cada mañana el texto de una tira cómica que decía: "No
desespere, seguramente en todo el mundo hay por lo menos tres personas más
infelices que tú". Frente a la tragedia de su vida, un sutil sentido de lo
humano y del humor la condujo a tejer cada día el entramado de su existencia
que se desarrolló de una forma productiva y de ayuda a sí misma y a los demás. (María Luisa Lodo-Platone, Ma. L).