Para este tipo de preguntas, yo siempre cuento la “metáfora del
arquitecto”. Supongamos que vos vivís en tu casa hace 20 años, pero ahora ves
que se pone incómoda. Entonces, llamás a un arquitecto para modificar la casa.
Se te ocurrió que querés agrandar la cocina, pero es imposible, porque una
pared maestra no puede derribarse; tal vez se pueda ampliar pero no de esa
manera. El arquitecto escuchará, tendrá numerosas charlas y, en función de tus
pedidos, traerá un proyecto de modificación, que permite modificar la casa sin
romper la estructura, y a partir de esto deberán ponerse de acuerdo. Bueno, el
individuo es su casa, y cuando empieza el arreglo de su casa, no podes irse a
otra para evitar el ruido y el polvo. No es posible irse de uno mismo: hay que
convivir con las molestias y las salidas que uno encuentra no siempre son las
más esperadas. (Sánchez, A. Buena Salud).